sábado, 14 de agosto de 2021

La necesidad

El cielo se ha nublado. El aroma es una mezcla de incienso, humedad, y polvo. Las cañas suenan como suenan los cencerros de las cabras pastando apacibles. Sí, la tarde está apacible.
Me doy cuenta, ahora, de que he perdido ese don que tenía en las metáforas. Ser consciente de las pérdidas las convierte en necesidades más urgentes. 
Veníamos a perder pero nos prometieron tantas cosas que no nos lo esperábamos. El yermo y desolador futuro que como una ola se aproxima veloz e imparable pero que nos negamos a reconocer porque duele y porque dolerá. 

Yo agradezco la tarde nublada que tengo. Es fácil agradecer las novedades. Es fácil agradecer lo que se añoraba. Es fácil pero gracias.

La tarde es apacible, el tiempo como yo pronostica tormenta. Las tormentas internas esas que nadie ve. Arrastran tanto con ellas. Limpian pero en el proceso pareciera que nos dejarán vacíos. Y tantas y tantas veces me he sentido vacía. 

Quizá todo empezó porque nací vacía. El vacío se prolongó por tanto tiempo y se perdieron tantas oportunidades de llenarlo que el vacío debió de hacerse duro e impenetrable. Y quizá por eso, por mucho que trate de llenarlo no lo conseguiré. ¿Puedo aceptar eso o debo pelear contra eso? El error sería suponer que no se batalla día a día. La vida pudiera parecer sencilla pero la existencia es abrumadora, y asfixia. 

Aquel vacío quizá sí se llenó de cosas, pero hay cosas que pueden sentirse como el vacío. El desprecio, el maltrato, el abuso, los gritos, o simplemente la indiferencia. Tienen un sabor tan similar, tan amargo todas. 

¿Qué hay de natural en el amor? ¿Qué hay de artífice en él? ¿Por qué se convierte en necesidad inexorable para poder ser? ¿Por qué no hay justicia en el amor? ¿Por qué no me querías? ¿por qué...?

Me he convertido, así, de una forma lenta y gradual en un ser que se detesta en su dualidad. Tan sumiso que detesta la sumisión. Tan complaciente, aunque luego se enfade consigo misma tras ello. Tan silenciosa. Tan incapaz de expresar su verdad. Tan solitaria aunque siempre busca una compañía que no reconoce en ningún lugar. Y si buscara una explicación, ya la tendría pero la solución se me antoja tan amarga como me pintaron el amor.

1 comentario:

  1. Quizá el vacío es relativo y seguro se acabará llenando.

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