Con singular inexperiencia, con falta de capacidades, pero con resolutiva tenacidad.
Año 2021.
El amor se ha convertido en un medio, es política. Siempre lo fue. Ahora todas las partes gozan de libertad de expresión. Ahora todas las partes buscan que se escuche su voz y los deseos que expresan. Y ahora hay diversidad. Siempre la hubo. Siempre la hubo, pero ahora tiene colores y nombres y estructuras, y están más vivas que nunca.
Pero nadie nos enseñó a comunicarnos. No tuvimos ejemplo. Aprender es doloroso, y cuesta. El cambio crea bandos y el cambio no se recibe siempre de brazos abiertos.
El amor es ahora un campo de guerra.
¿Por qué lo crees tú?
¿Era acaso, como decían, el amor de las mujeres y las mujeres se han cansado de seguir siendo tales mujeres?
Nos miramos a los ojos, nos cogimos de la mano, y nos besamos.
Una necesidad crecía y algo crecía con ella.
Año 2021.
Acusaciones de asesinato. Asesinato del romanticismo.
¿Somos culpables? Si somos culpables. Sí, pero sin sentimiento de culpa. Con sentimientos de deconstrucciones, con la necesidad de sentir algo que sea más real. ¿Por qué? Porque de realidades y de información nos avasallan. Palabras bastan ya.
Y nosotras nos indignamos ahora, perdóneme señor si de paciencia ya no puedo cubrirme, si independiente económicamente busco ser y si deseo un poco más ser como usted y sentir que podré decidir quién seré sin que el mundo me etiquete por nacer sin testículos.
Mis disculpas si mi discurso viene a incomodar pero quiero mujeres que ya no tengan nada exclusivo a su sexo ni género por lo cuál luchar. Y que me perdonen ya porque de luchas la lista llena está.
Éstos sentimientos nítidos y cálidos.
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